Por la crisis de los mataderos neuquinos, la carne llega desde Río Negro

Mientras en Neuquén los mataderos mueren, hay uno en Valle Medio que se beneficia: el municipal de Luis Beltrán. Lejos de padecer los efectos de la barrera sanitaria, este matadero estalló en beneficios desde que se produjo el cierre. Faenan 3.800 animales por mes y un 40% de eso tiene como destino Neuquén. Unas 150 familias dependen de él y sus administradores dicen que no reciben “ni un solo peso de la provincia, ni de Nación para funcionar”.

Hay algunos productores de Neuquén capital y Añelo, que faenan en el Matadero de Beltrán pero son pocos. “Sobre todo es gente que faena acá y llevan. Los mataderos pueden funcionar bien, pero debe tener buena administración, precios acordes, negociar bien el cuero, ser eficiente y cumplir”, dijo Gerardo Martínez, presidente del Matadero de Luis Beltrán.

Las instalaciones ocupan una manzana. La planta no es muy grande y la línea de faena es la misma desde hace años. “Somos cuidadosos en las inversiones. No recibimos ayuda del gobierno, la manejamos como privada aunque sea una sociedad del Estado. Y de enero a la fecha invertimos 3 millones de pesos en equipamiento infraestructura”, sostuvo Martínez.

Los movimientos de la barrera, lejos de bajar la cantidad de animales, le dieron al matadero un toque de gracia. “La apertura de la barrera es una oportunidad para los mataderos, nos permite crecer. Somos muy precavidos y pisamos sobre firme. Sabemos que el negocio es cíclico, con momentos muy buenos y otros malos”, dijo el presidente que proviene de la familia de la carne y su padre se jubiló en el frigorífico.

Mientras los productores invierten en genética, pasturas y feedlot, para tener más rentabilidad, el matadero aprovecha el punto estratégico. Están en la mitad de la provincia, cerca de Río Colorado, Conesa, Villalonga o Schroeder. “Pilotti faena acá para llevar al sur: Caleta, Comodoro, Madryn y Bariloche”, señaló. De todos modos dicen que están trabajando al máximo de la capacidad.

En planta permanente son 80 trabajadores y el resto son temporarios. Se arranca a matar a las 5 de la mañana terminas 3 de la tarde. A las 6 termina el equipo de limpieza y mientras, entra hacienda para faenar al otro día. La gente de las menudencias están de 7 de la tarde hasta las 11 de la noche y a las 2 de la madrugada se arranca con la carga.

“Este es un tiempo de crecimiento. Aunque no es bueno el precio del cuero, valía 14 y ahora está en 9, pero antes faenábamos menos así que el dinero que ingresa es el mismo. Es un gran momento para aprovechar”, concluyó.

Fernando Sanchez