UNO DE CADA 6 PUESTOS DE TRABAJO EN ESTE PAÍS SON GENERADOS POR EL CAMPO

Un informe de la Federación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) refleja que uno de cada 6 puestos de trabajo en este país son generados por el campo. Del total de puestos, 35% proviene de las economías regionales, seguidas por la producción de carne y leche, que genera el 32%, las cadenas de granos, el 32% y la maquinaria agrícola, 1,6%. Pero además, tracciona otro tipo de empleos relacionados con toda la cadena agroindustrial.

Los últimos datos del Indec, del tercer trimestre de 2016, muestran una variación negativa en el sector de agricultura, ganadería, caza y silvicultura de un 1,6% con respecto a igual trimestre de 2015, sin embargo, desde la Sociedad Rural Argentina, afirman que “el sector invirtió 58.000 millones de dólares en los últimos 14 meses, un 15% más que en 2015, y fue el motivo del incremento en el empleo en actividades del campo”, dice el economista de la SRA Ernesto Ambrosetti.

Los números de la Encuesta del Indicadores Laborales, del último diciembre de 2016, elaborada por la cartera laboral, muestra que el conjunto del interior tuvo una variación positiva en el empleo del 0,4% con respecto al trimestre anterior y un crecimiento del 0,5% comparado con el mismo trimestre de 2015. “La reactivación viene desde el interior hacia las grandes ciudades”, asegura Mariano Tomatis, socio de PwC a cargo del área de agrobusiness.

Hoy, considerando únicamente los tres cultivos más relevantes de la Argentina (trigo, maíz y soja), según el experto de PwC sobre la base de datos de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, “en esta campaña se sembraron 1 millón más de hectáreas (30 millones versus 29 millones) y se estima cosechar sólo por los tres cultivos mencionados aproximadamente 10 millones de toneladas adicionales: 4 millones adicionales de trigo, 7 millones de toneladas adicionales de maíz y 1 millón de toneladas menos de soja.

“Esto genera más trabajo para el campo, más actividad sobre todo en los pueblos rurales, no solo en mano de obra directa relacionada con el productor agropecuario, sino todo el trabajo indirecto en contratistas, fletes, hay más demanda de combustible, de alimentos en los pueblos. También se incrementó la venta de fertilizantes y agroquímicos, de camionetas rurales y maquinaria agrícola”.

La Nación/12-02-17

Fernando Sanchez