En la última reunión de Comisión Directiva de la Sociedad Rural del Neuquén, se analizaron con alta preocupación los datos surgidos de campos consultados (establecimientos del departamento Huiliches) y que registraron lluvias de 50 a 60 milímetros en los primeros 5 meses de este año, en donde se promediaban unos 260 milímetros para la misma época.
Es que la continuidad de la sequía en toda la provincia al igual que la experimentada por otras provincias patagónicas (Santa Cruz y Chubut), pero en este caso sumadas al impacto producido por los últimos 2 eventos volcánicos soportados en estos últimos 5 años (4/06/2011 Volcán Puyehue y 23/04/2015 Volcán Calbuco) pone en jaque a la continuidad de las explotaciones ganaderas más afectadas.
Para poner en contexto a los productores damnificados, debemos recordar que luego de los eventos descriptos muchos ganaderos retiraron los animales que pudieron reubicar en otras zonas asumiendo importantes pérdidas por mortandad por falta de nutrición, habiendo disminuido en más de 40% las tasas de preñez sobre los vientres que quedaron.
Pero como se pronosticó en ese momento, hoy estos productores enfrentan una zafra post volcanes en la que se han perdido muchos kilos destetados dada la baja nutrición de las madres que consiguieron parir y alimentar deficientemente a sus crías. Lo mismos ocurre para la pérdida de kilos, en las etapas posteriores de recría y terminación a campo.
Esta situación, que parecería adjudicable a los eventos volcánicos, se da en gran parte de la provincia producto de la situación climática que es de “excepcional magnitud”, tal cual fue citado en informes del INTA, observándose un marcado retroceso en el crecimiento de la vegetación en toda la región, sin que haya un escenario de mejora durante la primera parte de 2017.
La falta de humedad ya es recurrente, habiéndose registrado dos de las 10 sequías más severas de los últimos 60 años que además se combinaron
con un aumento de las temperaturas mínimas, la erupción de los volcanes y la falta de nevadas suficientes para recargar y mantener los sistemas hídricos en condiciones de promedio. Esta sequía lleva de manera constante ya unos 7 u 8 años.
Esta situación define una severa restricción alimentaria que siguen sufriendo los animales y obliga a los productores a reevaluar continuamente el nivel de carga de sus campos debiendo reajustarla vendiendo las categorías de mayor riesgo (vacas envejecidas por pérdida en su dentición y estado corporal) y perdiendo capital, pero evitando mortandades antes de que ocurran.
Los productores se ven obligados así a afrontar pérdidas de rentabilidad asumiendo sistemas productivos de mayor tecnología e intensificación, lo que no es posible sin una adecuada ayuda desde los sectores financieros.
Para lo cual, evaluaron en la SRN, es necesario gestionar a través de los organismos públicos algún alivio impositivo mediante la declaración de desastre decretadas por la Provincia y que deben homologarse en Nación agilizando los trámites para que estas sean efectivas en tiempo y forma, como así también el conseguir financiamiento adecuado a la rentabilidad que hoy demuestra la actividad y permita incorporar alguna de las herramientas descriptas para recuperar la misma.